4 Claves para estimular la creatividad


1) Conecta tu día creativamente
La creatividad no es una meta, es un estado. No puedes tomar un curso de “creatividad” y salir diciendo: “Ya soy creativo” o esperar que al llegar a trabajar, mágicamente la creatividad entre a tu cabeza porque “tienes que desarrollar y presentar un nuevo producto”. La creatividad va mucho más allá de algo que se puede “obtener”. Más bien, se va desarrollando en uno mismo y crece conforme se le va nutriendo. Es ese estado que va implícito en nuestra forma de vida y que rige todas las actividades que realizamos en el día a día.

2) Desarrolla fuentes de inspiración
Cómo lo mencioné anteriormente, la inmensa mayoría de desarrollos creativos siempre son la suma y conjunción de diferentes ideas previamente recibidas. Resulta prácticamente imposible encontrar una idea 100% original que no tenga influencia alguna de algún concepto o idea recibido de manera consciente o inconsciente. Así pues, es muy conveniente tener fuentes abundantes de inspiración que sirvan para alimentar tu creatividad en el área que requieres. Hay tantas fuentes viables como personas, ya que cada quien es único y lo que me funciona a mí, puede no ser la mejor opción para ti. Lo importante es ese “algo” que despierte en ti pasión y el deseo de seguir creando y generando.

3) La creatividad no tiene siempre un objetivo específico
Vivimos en un mundo en el que siempre se piden metas concretas, objetivos medibles y las fuerzas del mercado nos empujan a tener que poner planes, estrategias, tácticas, etc. Sin embargo, una de las principales características de la creatividad es que no la puedes restringir a un resultado esperado específico. Esa es la principal forma de matarla. La creatividad tiene que ser siempre libre. A veces nos llevará a un lugar cercano al que deseamos y otras tantas sus caprichos nos dejarán en un lugar completamente diferente. Sin embargo, si uno es fiel a confiar en su proceso creativo y la creatividad se estimula, se nutre y se desarrolla apropiadamente, los resultados serán cada vez más aproximados a lo que se “desea lograr”.

4) Atiende tus corazonadas
Otra forma muy efectiva de atrofiar incluso de matar la creatividad, es no escuchar nuestra voz interior. Esa voz que nos dice: “Esto me late, o no me late”. En la medida en la que aprendemos a escuchar desde lo más profundo de nuestro ser a nuestras corazonadas, será mucho más fácil acertar en las cosas que hacemos. Obvio que esto no es un paso que se logre en una tarde, sino que es parte de ese mismo estado que hay que desarrollar y vivir constantemente. En la medida en la que se logre escuchar las corazonadas y se sigan, más fácil será identificarlas con mayor claridad.

1 comentario:

Giancarlo dijo...

Alguna vez leí que Kafka no esperaba a que la creatividad llegara a él. Escribía por trabajo y lo hacía de manera muy ordenada y calendarizada. Llevaba también un buen control y monitoreo sobre lo que lograba hacer. Esto es lo importante. Persistencia y monitoreo. Esto es lo que hay que hacer también con nuestros empleados. De esta manera podemos aprovechar el potencial de todos dentro de la empresa y mejorar. Les comparto un artículo sobre cómo podemos monitorear fácilmente.

http://blog.kipobusiness.com/field-team-management/parametros-utiles-para-el-monitoreo-de-campo-personal/